Es difícil cuando tu propia familia no cree en ti, hablan mal de ti, te critican y no te apoyan e intentan destruirte siempre que pueden, se siente muy feo saber que no se puede confiar en tu propia familia y a veces recibes más apoyo de amigos, de conocidos o mejor aún de extraños.
La familia son las primeras personas que ves al nacer, son las primeras personas que te hacen sonreír, son las primeras personas que te enseñan cosas sobre la vida, pero también son las primeras personas que te critican, que te envidian, que te juzgan, que te ofenden o simplemente te dan la espalda y no te entienden o te apoyan como debería de ser.
Es muy triste cuando tu propia familia no cree en ti, lo que hacen es criticarte y no te apoyan, solo lo que hacen es intentar destruirte cada vez que pueden, por eso debes aprender a considerar como tu familia a esas personas que si te escucharon, te aconsejaron y te apoyaron en los momentos duros de tu vida.
La familia no siempre son aquellas personas que llevan tu sangre, muchas veces la familia son aquellas personas que te quieren en su vida, son aquellas personas que te aceptan por quién tú eres y harían cualquier cosa por verte feliz, por verte sonreír y te aman sin ningún tipo de condición.
A veces tu familia te da la espalda cuando más los necesitas, pero siempre hay un amigo de verdad, que sin ningún tipo de interés te ofrece su mano para que te levantes, te cuida y siempre te apoya, así que a esa persona llévala en tu corazón porque ese no solo es tu amigo, esa persona es tu familia.
Pero a pesar de todo el daño que te haya causado tu familia, a pesar de que nunca te hayan apoyado, tu nunca debes darle la espalda aún cuando ellos lo hayan hecho, recuerda que la gente va y viene pero la familia es la familia, el vínculo que realmente te une a tu familia verdadera no es la sangre, simplemente es el respeto, la honestidad, la admiración y la alegría que tu sientes por la vida de ellos y ellos por la tuya.
Nadie de la familia debería quedarse estancado, nadie debería quedarse atrás, todos deberían colaborarse mutuamente, sin duda cada miembro de la familia va a crecer en diferentes direcciones como las ramas de un árbol.
Pero las raíces siempre serán las mismas, recuerda que las personas en muchas ocasiones te darán la espalda, la vida te dará la espalda, tu pareja te dará la espalda, tu propia familia te dará la espalda y ahí es cuando sólo de ti depende que te vuelvas a levantar, que vuelvas a sonreír y vuelvas a amar a tu familia a pesar de las adversidades.