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sábado, 25 de abril de 2020

BENDICE A LOS QUE TE ODIAN


Nadie es monedita de oro para caerle bien a todo el mundo. A lo largo de nuestras vidas nos topamos con personas que por uno u otro motivo nos odian o rechazan. El camino fácil es odiarlas de la misma manera pero el camino más difícil, y correcto es enviarles amor. Así que por un momento piensa en esa persona y deséale de todo corazón, sabiduría, paz y mucho amor. 

Recuérdela con afecto y deséale bendiciones, cúbrela con la luz de tu ser y tu bondad, con esto te liberarás de esa mala vibra y podrás vivir en armonía y equilibrio.


Cuanto más pronto lo hagas, más rápido te sentirás feliz. Esto es por el carácter benevolente de esta acción positiva, ya que así evitas envenenarte espiritualmente con el odio y el resentimiento.

Si con nuestros actos ofrecemos amor y bondad, experimentaremos la paz y el amor que ofrecemos, obtienes más felicidad al dar que al recibir.

No hay manera de que tengamos paz en este mundo sin perdonar, el perdón nos da el poder para desempeñar un papel importante y muy necesario en el proceso pacificador y evolutivo del planeta. Nos da el poder de hacernos cargo y enfrentarnos a nuestras emociones negativas y liberarnos de ellas.

Vivir sin perdonar es vivir separados de lo sagrado, de lo divino y de los instintos más básicos de nuestro ser, nuestro corazón y nuestra alma. Perdonar a alguien es revelar la belleza y el bonito valor de la vida. No es necesario que esta persona te pida perdón. Perdonas para liberarte de esa carga. Perdonas para tu beneficio. 


Para cambiar el mundo, empieza con el sencillo acto de perdonar, así que repite mentalmente: "Hoy perdono y decido cambiar el odio por el amor".

Si de buena voluntad perdonas y bendices a esa persona que te mira mal, te odia con todo su ser o simplemente te envidia, ten por seguro que el universo y Dios te devolverán esas bendiciones en diferentes maneras para tu vida. Bendecir es dar vida. Las bendiciones que envías, regresan. 

Para aquellos que amamos, que nos ven con buenos ojos y nos admiran, la bendición nos sale espontáneamente. Así que en un principio puede ser un poco difícil hacerlo para aquellos a los que no nos quieren. Esfuérzate, poco a poco irás liberando la carga y será mucho más sencillo. 

Tú puedes convertir la bendición en un estilo de vida, pero no hagas el bien sólo de palabra sino también con hechos.


Si prácticas a diario la bendición hacia tus "enemigos", espantarás a ese diablillo interno que te entretiene a veces, pensando cosas negativas que no te llevarán a ninguna parte. Bendecir es lo mejor y así siempre mantendrás la paz y la armonía en ti.

Cuando puedan y tengan un tiempo en el día oren y pidan por sus enemigos y los que te odian también, hagan el bien a quienes los odian, perdonen y Dios los perdonara, las bendiciones que les des a otros Dios y el universo se los devolverá también en muchas bendiciones para tú vida.


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