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lunes, 10 de julio de 2023

¿CÓMO SE REFLEJA LA ANSIEDAD EN NUESTRO CUERPO?


La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones de estrés o peligro, cuando esta respuesta se vuelve crónica o desproporcionada, puede tener un impacto significativo en nuestra salud física y emocional.

Cuando experimentamos ansiedad, nuestro cuerpo libera hormonas como el cortisol y la adrenalina que activan nuestra respuesta de “lucha o huida”. Estas hormonas preparan al cuerpo para hacer frente a una amenaza percibida, aumentando la frecuencia cardíaca, elevando la presión arterial y poniendo en marcha otros mecanismos de defensa.


Uno de los principales efectos físicos de la ansiedad es la tensión muscular, los músculos se contraen y se endurecen como parte de esa respuesta de alerta; esto puede provocar dolores musculares, especialmente en el cuello, los hombros y la espalda. Además, esta tensión prolongada puede llevar a trastornos musculoesqueléticos como el síndrome del túnel carpiano o el bruxismo (rechinar los dientes).

Otro síntoma común de la ansiedad es la dificultad para respirar, la respiración rápida y superficial es una respuesta fisiológica que ayuda a suministrar más oxígeno al cuerpo durante momentos de estrés agudo, cuando esta forma de respirar se convierte en habitual debido a la ansiedad crónica, puede causar sensación de falta de aire o hiperventilación.

El sistema digestivo también se ve afectado por la ansiedad, muchas personas experimentan problemas gastrointestinales como dolor abdominal, diarrea o estreñimiento debido a la respuesta del cuerpo al estrés. El sistema nervioso autónomo, que regula funciones como la digestión, se ve alterado por la ansiedad, lo que puede desencadenar trastornos como el síndrome del intestino irritable.

Además de los efectos físicos directos, la ansiedad también puede contribuir a otros problemas de salud, por ejemplo, el insomnio es común en personas con ansiedad crónica; los pensamientos inquietantes y la preocupación constante pueden dificultar conciliar el sueño o mantenerlo durante toda la noche.


En resumen, la ansiedad no solo afecta nuestra salud mental y emocional, sino también nuestro cuerpo físico, la tensión muscular, los problemas respiratorios y digestivos son solo algunos ejemplos de cómo se refleja este trastorno en nuestro organismo. Es importante buscar ayuda profesional si experimentamos síntomas persistentes de ansiedad para poder abordar adecuadamente este problema y mejorar nuestra calidad de vida.


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